El pasado 1 de diciembre se celebró en el restaurante El Güelu de Oviedo el XII coloquio-cena organizado por la Asociación Asturiana de Sociología, en el que nuestros compañeros Hans van den Broek y Tania Suárez presentaron el resultado de un informe que ambos ponentes escribieron para el proyecto bEUcitizen (7º programa marco), sobre partidos de extrema derecha en Europa. Bajo el título«El enigma español: ¿por qué no existe una extrema derecha fuerte en España?», la charla despertó un inusitado interés, dada la relevancia y actualidad del tema tras las recientes elecciones presidenciales en EEUU y la proximidad de comicios en Austria, Holanda, Francia y Alemania, en los que la derecha radical populista ha logrado o se prevé va a alcanzar buenos resultados.
Hans abrió la charla realizando una caracterización de los partidos europeos de extrema derecha tradicional a partir de las cinco dimensiones que, a su entender, precisan esta ideología: patriotismo, xenofobia/racismo, antisemitismo, homofobia y autoritarismo. Esta identificación difiere, sin embargo, del discurso que define a los partidos de la derecha radical populista, más críticos con la UE, el Islam y las élites, nostálgicos de tiempos pasados y más volcados en la defensa de los valores occidentales. Las muchas diferencias explicarían la fragmentación de la extrema derecha, si bien no son tenidas en cuenta en muchas ocasiones por buena parte de los medios de comunicación y algunos analistas políticos, que tienden a considerar iguales a esta miríada de partidos.
El fraccionamiento y la confusión ideológica estarían asimismo presentes en el relato que se hace de la extrema derecha española y sería, a decir de Tania, una de las razones por las que no existe un movimiento fuerte en nuestro país. No obstante, una explicación como ésta sería demasiado simplista para dar respuesta a la singularidad del caso español, continuó la ponente. Para ella, la respuesta es más compleja y debe buscarse en la interacción de otros múltiples factores como las reminiscencias del franquismo, la tradición bipartidista que dificulta el asentamiento de los nuevos partidos, la ausencia de un líder carismático, así como la capacidad del Partido Popular de aglutinar en su seno buena parte del voto de la derecha más radical.
Tania se mostró más tajante que Hans en su afirmación de que un movimiento de este tipo no conseguirá convertirse en una alternativa en nuestro país, a pesar de que pueda existir un caldo de cultivo similar al del resto de naciones europeas. En lo que sí coincidieron ambos ponentes fue en destacar la ideología obsoleta y la difusión que se hace de ella como los principales obstáculos para que un movimiento de extrema derecha se convierta en mayoritario en España. Este tipo de mensajes, a diferencia de otros países europeos, no ha conseguido resultar atractivo para la mayor parte de su población, en parte porque los medios de comunicación han establecido un “cordón sanitario” con respecto a estos partidos, destacando solamente las noticias negativas relacionadas con su actividad.
Ángel Alonso